Tomando decisiones
Cuando damos pasos o tomamos decisiones, siempre sabemos qué hay un riesgo, qué hay cosas que dejar atrás, qué hay que hacer avances, cambios, en fin.. Hay que mover cosas en todos los sentidos por esa decisión tomada o por esos pasos dados.
Que duro es tomar decisiones, que duros son los cambios y que duro es cuando todo se mueve producto de ello, sin embargo, es parte de la vida y no hay salida, siempre debe ser así, unas veces más fuerte que otras, pero no hay un escape para ello.
Nacemos, crecemos, aprendemos y nunca dejamos de aprender, cada etapa, cada error, cada experiencia, cada acierto, nos va preparando para tomar decisiones que siempre van a proporcionar cambios.
Algunas son más sencillas que otras y los cambios que traen son mínimos o simplemente pasan desapercibidos, pero otras, son enormes y movilizan todo lo que está alrededor. Y si es duro, pero también es hermoso, es fortaleza, es seguridad, es convicción, es lucha, es amor.
Luchar por llevar a cabo tus decisiones siempre requiere fortaleza.
Iniciarla siempre conlleva Valentía.
Mantener en el camino esa decisión requiere de constancia.
Y
absorber todo el aprendizaje, las experiencias, los momentos, las personas que
se van presentando en el camino es simplemente maravilloso
Renunciando al apego
Hace un año que elegí vivir esta experiencia.. Argentina.
Salir de mi zona de confort para dar pasos y conocer nuevas oportunidades, personas, costumbres y otra forma de vida, ha significado para mi crecimiento. Este, es uno de los pasos más duros que a mi parecer existen en la vida, desprenderse de tu hogar, de tus padres, de tu familia, de tus costumbres y en general desprenderte de todo lo que conoces y a lo que estás acostumbrado.
El renunciar al apego y abrir las alas para crecer y continuar, es uno de los pasos más duros y requiere de fortaleza en todos los sentidos. Cuando un hijo se va los padres y la familia en general sufren un vacío, un proceso de duelo, que para todos y como todo duelo es doloroso y se siente en el alma.
Para los hijos aún cuando se considera un mar de nuevas experiencias, no deja de ser complicado empezar de cero. Pero pasa, tiene que pasar, es como dicen muchos, la ley de la vida.
Los padres tienen que confiar en que hicieron bien su trabajo y que pueden dormir tranquilos dejando volar en libertad a lo más preciado y maravilloso que tienen en la vida.
Los hijos/a tenemos que armarnos de valentía y luchar por nuestra propia vida, recordando siempre todo lo positivo que nos han enseñado y guardando con anhelo, en ocasiones con nostalgia pero por sobre todo alegría y orgullo todo lo que en el hogar vivimos.
Gracias Argentina por tu calidez, tú humanidad, tu sencillez, tu voluntad, tu unión y tú capacidad para acoger con amor y cariño a todo aquel que como yo, decidió venir a crecer contigo.
